LA PORTADA DEL HOSPITAL DE SANTIAGO

Este edificio, primitivamente, fue la morada de un vecino de la villa de Zafra, llamado Alvar Fernández de Lago, a cuyos hijos y herederos lo compró el Primer Señor de Feria, don Gomes Suarez de Figueroa, para convertirlo en su primera residencia.

Posteriormente, su hijo don Lorenzo Suarez de Figueroa, Segundo Señor de Feria y Primer Conde, cuando hubo levantado el Alcázar y trasladado allí su residencia, hace una fundación benéfica por la que convertiría estas moradas familiares en el Hospital de la Salutación, conocido como Hospital de Santiago, ”para servicio de Dios e acogimiento de los pobres”.

Y en este destino se ha mantenido a lo largo de toda su larga historia y en la actualidad cumple idéntica finalidad, ya que acoge un centro asistencial para personas con deficiencias intelectuales.

Cuando visité el Convento de Santa Catalina, en la calle que lleva su nombre, para hacerle una foto a la inscripción que allí hay, después me dirigí a la Plaza Chica para hacer otras fotos y me llevé una sorpresa al ver esa pequeña calle al fondo de la cual se halla esa bella fachada gótica. Era la primera vez que veía esa calle y por supuesto no sabía de la existencia en ella del mencionado Hospital. Así que para este trabajo de campo me fui derecho al mismo lugar para admirar y fijarme en los detalles con la información recopilada.
La fachada del Hospital de Santiago, es una bella portada en piedra de granito labrada, con un estilo gótico florido. A cada lado de la puerta de entrada tiene como dos pilastras o pináculos también góticos y que van desde el suelo hasta el tejado.
La puerta de entrada es de arco rebajado y está como dentro de un marco que la rodea, muy decorado con rica ornamentación de tallos en forma de lacería. Sobre la misma se puede ver una hornacina rematada con arco conopial, en cuyo fondo se encuentra una pintura al fresco, que según he podido leer es de escuela italiana y que representa la Anunciación o Salutación del Arcángel San Gabriel, tema muy popular entre los artistas del Renacimiento y que tiene relación con la antigua advocación del hospital, que era la salutación. En la actualidad esta hornacina se encuentra protegida por un cristal, aunque imagino que es de colocación muy posterior, para preservar las mencionadas pinturas de las inclemencias del tiempo.
Entre los pináculos y la cenefa que enmarca la puerta hay como un cordón que sube como una serpiente hasta rodear la hornacina y llegando hasta el tejado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario